sábado, 1 de abril de 2017

Sobre la Creación de Juegos de Mesa en Chile

Construyendo un juegoHaber asistido a un encuentro de diseñadores de juegos de mesa el pasado 18 de Marzo me permitió palpar de primera mano el trabajo silencioso que realizan muchos autores en la búsqueda de un sueño común: ver su obra publicada. Y sé que sólo pude atisbar la punta del iceberg. ¿Cuántos ni se habrán enterado de la convocatoria?. ¿Cuántos otros, aunque supieron del evento, lo descartaron por vivir demasiado lejos, o porque tenían otros compromisos para esa fecha, o porque pensaron que no les aportaría nada?. ¿Cuántos más se habrán restado simplemente porque consideraron que su prototipo no estaba en condiciones de ser mostrado?. Pero ello no cambia la realidad de su existencia. Hay mucho talento allá afuera luchando por surgir y eso da pie para ilusionarse respecto al futuro de la industria chilena de juegos de mesa. Existen varios factores a tomar en cuenta, claro está, si se quiere elaborar un pronóstico medianamente certero, pero si nos atenemos al presente de nuestro mercado, el optimismo tiene asidero.


● El Presente

Hace algunos días, uno de los miembros del grupo de Facebook Creadores de Juegos de Mesa en Chile, Juan José Fernández, preguntó: ¿Qué juegos chilenos han sido o serán publicados este año (2017)?. Con la ayuda de varios colaboradores del grupo se terminó conformando la siguiente lista:

- Los Tesoros del Rey Pirata (Ludoismo).
- Jaque 15 (Ludoismo).
- Careta (Niebla Games).
- Aether (Swandy Games).
- D.50: Las Redes del Reich (Cuatro Quesos).
- Trono Oscuro (Caronte Games).
- Conspiradores (Relatos de Creación).

Nota: Desconozco si en este inventario aparecen todos los que deben.


Editoriales chilenasDe cada uno me gustaría hablar en detalle en otra ocasión, pero por lo pronto quiero analizar lo que representan en su conjunto.  Estos siete títulos son una muestra de lo que la industria local es capaz de hacer en la actualidad. Y estoy repitiendo muy seguido el término industria con toda intencionalidad, porque sobre esta palabra gira mi reflexión. Todavía somos testigos de historias quijotescas en las que un grupo de amigos lucha contra viento y marea para lograr que su juego vea la luz. Y en mayor o menor medida todos los que aparecen en la lista de arriba cumplen con ese patrón, pero no se puede negar que ya se empieza a definir un perfil más empresarial entre los protagonistas de esta historia. Editoriales como Ludoismo, Niebla Games y Swandy Games llevan la batuta en este sentido y trazan el camino que habrán de seguir otras que recién están naciendo o apenas han dado sus primeros pasos (dejo fuera a Devir porque es un caso especial). La anécdota de los tres últimos juegos de estas casas, que se mandaron a hacer en conjunto a un fabricante en China, es digna de ser destacada, no sólo por el modelo de negocio que propone, sino por la declaración de intenciones que representa. Básicamente, deja patente que no hay reticencia a subir el siguiente peldaño en la escalera hacia la profesionalización. Revela que hay hambre de más, de consolidar el diseño y edición de juegos de mesa en el país como un negocio. Y esta poderosa idea ya permea las sucesivas capas de nuestro ecosistema lúdico nacional.


● El Futuro

¿De qué manera conectan las ideas que expreso al principio de este artículo, sobre el talento que lucha por surgir, con las ambiciones de una industria (otra vez) en ciernes?. Los puntos de encuentro, hoy por hoy, son más bien escasos. La razón es simple: no existe una agenda común. Es decir, cada una de las editoriales que he mencionado más arriba busca sacar al mercado juegos de diseño propio, no de autores independientes. Por otra parte, a estos últimos se les presenta un escenario complicado si optan por auto-publicarse, agobiados por la escasez de información, los precarios espacios de colaboración y las limitadas fuentes de financiamiento. La cuestión es que no tienen muchas más alternativas.

El cuadro recién descrito podría verse como un crudo reflejo de la realidad de hoy, pero con esa apreciación dejaríamos por fuera muchos matices que ameritan una segunda mirada. No basta con decir "así son las cosas ahora" y nada más, porque eso equivaldría a fundamentar tu juicio en una foto, cuando lo que tratamos es de proyectar una película. Somos testigos de un presente lleno de carencias, pero que al mismo tiempo ofrece atisbos de progreso, de evolución. Y es que si hoy una editorial chilena ofrece sólo productos de diseño propio, es porque su tamaño y el del mercado no dan cabida para más. Pero si pones atención a las tendencias de crecimiento, comprendes que la evolución propia de su negocio llevará a cada una de ellas a una apertura natural. En la misma línea, se puede intuir que las actualmente esquivas fuentes de financiamiento, tradicionales y colectivas (crowfunding), enfocadas en proyectos lúdicos, el día de mañana se harán presentes, atraídas por un mercado más dinámico. Así mismo, esos espacios hoy casi inexistentes, destinados a la integración y colaboración entre creadores de juegos de mesa (autores, ilustradores, diseñadores gráficos, artesanos), probablemente florecerán al amparo de asociaciones de aficionados y de profesionales de este rubro que están forjando lazos cada vez más sólidos y que proporcionarán el entramado por el que la enredadera lúdica se afianzará y extenderá.

Mirando hacia adelante
En conclusión, veo un futuro promisorio para los juegos de mesa en Chile. Aún teniendo metas dispares, entre los protagonistas de nuestro ecosistema lúdico subyace una aspiración común que servirá para amalgamar voluntades: todos queremos que los juegos de mesa lleguen a todas las personas. A partir de esa idea nacerán y se multiplicarán iniciativas que potenciarán, al principio, y consolidarán, finalmente, esta noble afición entre las opciones de entretención de la gente. Y no se trata de una apuesta de fe. Es cuestión de reconocer los patrones. Esta historia ya se dio en otros países, por lo que, más allá de nuestras particularidades locales, el futuro de nuestra industria (finalmente) se dibuja con bastante claridad.

¡Turno terminado!.

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