Todos los caminos conducen a Essen…
Tener o no tener, comprar o no comprar, ese es el dilema. Con una
inspiración shakespeariana muy cliché, damos inicio al recorrido de esta estación.
Essen se ha convertido en el lugar donde puedes comprar los grandes lanzamientos del
año, de decenas de editoriales, en un solo lugar. En esta ocasión, como
todos los años, las empresas del rubro apuntan a nuestras billeteras con carnadas
jugosas y nosotros vamos felices y dispuestos a entregarles nuestro dinero por
una maravillosa caja de cartón llena de horas de entretención.
La técnica es
muy simple...
Primero, muchos anuncian sus maravillosos juegos por Kickstarter,
para generar mucho hype o altas expectativas.
Luego, en la Boardgamegeek (nave nodriza de cualquier miembro de nuestro hobby), como si
nada, abren un apartado sólo dedicado a Lanzamientos en Essen. ¿Saben que al momento de publicar este artículo la lista de títulos a presentar en la feria supera los 900 (y creciendo)?. Sí, así como lo leen, casi mil juegos para lanzar a la venta en 4 días.
Entonces, cómo
no caer en esa sabrosa tentación, si el juego está en el ADN de la humanidad. Desde tiempos remotos el ser humano buscó instancias para jugar, porque con
ello desarrollamos nuevos mecanismos de aprendizaje, potenciamos nuestras
habilidades sociales, nuestra creatividad y competitividad. Hasta aquí, podríamos
decir que está perfecto comprar e invertir en juegos de mesa. Que estamos siguiendo
nuestros instintos humanos y esta sería una excelente excusa para justificar nuestras
compras. Pero la
pregunta es: ¿hasta dónde comprar?. ¿Cuándo parar de adquirir ese deseado
cartón alemán?. ¿Cuándo es suficiente de meeples, dados y mazos de cartas?.
El problema es
que necesitas comprar la última edición de aquel juego que te encanta, pero ya
no tienes espacio para bodegaje. Estás pensando en comprar un pequeño jueguito,
pero el último que compraste sólo lo has jugado una vez. Quieres más y más, pero
hace mucho tiempo que no juegas tu juego más querido de tu ludoteca. O peor aún, hay un montón de otros títulos que están acumulando una capa de polvo en tu estantería. Así y todo, vuelves a comprar un
juego nuevo.
¿En qué punto de
este camino lúdico te conviertes de jugador a coleccionista?. ¿Cuántos juegos de Uwe necesita
un fan para sentirse satisfecho con su ludoteca?. ¿Cuántos mapas de Ticket
to Ride son suficiente en una colección?. ¿Cuándo la afición a un hobby se
convierte en una adicción?. ¿Con 50, con 100, con más de 300?. En verdad no
pretendo tener la respuesta, ni convertirme en terapeuta lúdico.
Leí un artículo
que decía que los psicólogos podían identificar rasgos de la personalidad que llevan a algunos
individuos a ser más propensos a las compras que otros. Ayudados por internet, es
muy fácil caer en una adicción teniendo aquello
que nos apasiona a la distancia de un click.
Estoy convencido que la pregunta planteada al principio no tiene una respuesta única. Comprar o no comprar, tener o no tener, va a depender de múltiples factores. Pero lo más importante es la sensación o el sentimiento que nos provoca adquirir esa nueva cajita, abrir el plástico sellante y oler el cartón nuevo.
Un juego más en la ludoteca puede representar miles de posibilidades, horas de entretención con los amigos, momentos de aprendizaje en torno a una mesa, origen de buenos y nuevos recuerdos. Es la adquisición de valiosa experiencia social y, por qué no, también de experiencia lúdica. Finalmente, la gente que comparte y disfruta de nuestro hobby sabe que nada se compara a las horas de entretención de una noche de viernes alrededor de una buena partida, o una distendida tarde familiar de domingo llena de alegrías jugando con los mayores de la familia, o los más pequeñitos.
Esas múltiples experiencias sensoriales y emocionales, son las que día a día nos invitan a abrir nuestras chequeras y a mantenernos expectantes de cada noticia rumbo a Essen 2018.
Nos vemos en la siguiente estación.
Estoy convencido que la pregunta planteada al principio no tiene una respuesta única. Comprar o no comprar, tener o no tener, va a depender de múltiples factores. Pero lo más importante es la sensación o el sentimiento que nos provoca adquirir esa nueva cajita, abrir el plástico sellante y oler el cartón nuevo.
Un juego más en la ludoteca puede representar miles de posibilidades, horas de entretención con los amigos, momentos de aprendizaje en torno a una mesa, origen de buenos y nuevos recuerdos. Es la adquisición de valiosa experiencia social y, por qué no, también de experiencia lúdica. Finalmente, la gente que comparte y disfruta de nuestro hobby sabe que nada se compara a las horas de entretención de una noche de viernes alrededor de una buena partida, o una distendida tarde familiar de domingo llena de alegrías jugando con los mayores de la familia, o los más pequeñitos.
Esas múltiples experiencias sensoriales y emocionales, son las que día a día nos invitan a abrir nuestras chequeras y a mantenernos expectantes de cada noticia rumbo a Essen 2018.
Nos vemos en la siguiente estación.